lunes, 26 de septiembre de 2011

Ibi & Payá . Una economía basada en el juguete (parte 2).

Bueno, ahora sí! Llegó la esperadísima segunda parte de la historia.

(Una voz en la mente de algun curioso leyendo: "¿Esperadísima? Pero si nadie lee tus larguísimos y aburridos relatos..." Ja ja, qué simpatico, ahora ya puedes irte.)

Me he demorado en postear esta segunda parte porque he tenido verdaderamente poco tiempo disponible en estos días...

(Otra vez la voz: "¿Y a quién le interesa lo que tú hagas?" Ja ja, qué buena amigo, me gusta cómo razonas. Ahora vete, lo digo en serio.)

Cuando les dé flojera leer, recuerden lo que decía Ralph W. Emerson: " En muchas ocaciones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre"


***


En la foto: Reproducción de una tartana de Payá. Probablemente el primer juguete fabricado por la casa juguetera de Ibi.


Nos habíamos quedado en el desolante panorama de una Ibi a finales de 1800... Sociedad agrícola que - paradójicamente - no podía vivir del cultivo ya que las aguas de la cuencas más abundantes se habían vuelto algo exclusivo de los más potentes de la villa. Además, casi nadie cultivaba tierras de su propiedad (o sea, no podían comer ni vender lo que cultivaban) y a todo esto se sumó en aquellos años la plaga de un insecto llamado Filoxera. Sobraba la mano de obra, o dicho en otras palabras, reinaba el desempleo.
Es en este clima que la familia Payá - que como les comenté en el post anterior, tenía gran experiencia en la hojalatería y la reparación de instrumentos musicales - vio la opotunidad.

En las zonas más industrializadas de España (Cataluña, Madrid, País Vasco etc.) y en los países más desarrollados de Europa (Francia, Alemania etc.) ya se fabricaban juguetes en serie de alta calidad, pero estos se habían convertido en un verdadero artículo de lujo que sólo podían permitirse los niños de clase alta... para los niños de clase media y para los de la zonas rurales era algo prácticamente imposible. Al ver este inmenso hueco, los Payá comenzaron a fabricar réplicas pequeñas de los utensilios de hojalata que ya venían haciendo hace años: así nacieron las primeras regaderitas y los primeros minúsculos juegos de vajilla que muy pronto se comenzaron a vender en los mercadillos del pueblo.

En la foto: un mercado en Ibi donde se vendían los primeros juguetes de Payá a 20 céntimos la unidad.




Cuentan que la primera fuerza motríz de la nueva y pujante Payá fue un burrito que se encaragaba de mover la primera máquina de la empresa.


Los juguetitos económicos que vendían en los mercados (a 20 céntimos la pieza) tuvieron un gran suceso y pronto la demanda comenzó a crecer. A esto hay que sumarle que, ya entrados en el 1900, la economía española - aunque en manera mucho más lenta que en el resto de Europa - comenzó a mejorar, y las bodeguitas, bazares y almacenes de las zonas más beneficiadas con el desarrollo comenzaron a interesarse en los económicos juguetes de Payá.

Podrán imaginar que llegó un momento en que el burrito ya no era suficiente para producir la cantidad de juguetes que el mercado demandaba... Es en este periodo que Payá comienza a contratar más trabajadores en Ibi. Se llegó al punto en que habían más ibenses trabajando en la industria del juguete que en la agricultura. La demanda de mano de obra en los talleres de Payá crecía aún más al acercarse las fiestas como la navidad o la fiesta de reyes, algo que permitió a muchos campesinos combinar armoniosamente el trabajo en la juguetería con el trabajo del campo; así, de paso, crecieron los ingresos de esta familias.


Un trencito Payá de 1916.


Los Payá no se durmieron en el éxito y apostaron por mejorar la calidad de sus productos. Se cuenta que Rafaél Payá viajaba a Alemania y traía consigo los juguetes de altísima calidad que allá se fabricaban; luego, con la técnica de ingeniría inversa, obtenían el conocimiento necesario para comenzar a fabricar juguetes más sofisticados.

Para 1910 la industria juguetera ya era algo serio e importate en Ibi. Tanto había sido el suceso, que Payá abrió almenos 4 talleres más y en torno a todas sus necesidades surgieron industrias auxiliares que se encargaron de proporcionarle materias primas.

Con el método de la ingeniería inversa, Payá había logrado no sólo imitar los sofisticados juguetes alemanes, sino que había logrado mejorarlos técnica y estéticamente.

En 1912, gracias a la experiencia aprendida en los talleres de Payá, un grupo de obreros decide crear su propia fábrica de juguetes. Esta se llamaría en un inicio A. B. Verdú y más tarde Rico.

A inicios de los años 30 Payá llega al ápice de la que es considerada su época de oro: Se convierte en una marca reconocida tanto dentro de España como en el resto de Europa, aparecen piezas que hoy se sitúan entre los juguetes de hojalata más bellos de toda la historia... Piezas que, en un principio, habían sido copias de juguetes alemanes; se convirtieron luego en verdaderas obras de arte. Habían mejorado mucho su técnica en la litografía y esto les permitió agregarle a sus piezas un cromatismo que las hizo mucho más bellas que sus hermanas alemanas. Luego comenzaron a crear nuevos modelos, esta vez completamente inéditos.


El emblemático Bugatti de Payá.



En plena prosperidad juguetera, salta la guerra civíl en España... esa triste historia, que vería como triunfador a Francisco Franco, está en los libros de historia...

Durante la guerra, Payá convierte la fabricación de cuchillos en su actividad principal...


Pasada la tormenta, en los años sucesivos, Payá siguió fabricando los epléndidos juguetes que sabía hacer. Nacieron nuevas obras de arte que hoy se han convertido en piezas de culto:



Citroën DS "Tiburón" de Payá. Años 60. Imagen del blog http://capitanmadelman.blogspot.com/




Ferrari 250 Le Mans de Payá. Años 60.

Ambas piezas han sido elogiadas por las casas constructoras de los autos reales.


El desarrollo industrial que comezó Payá -y las industrias que de esta derivaron - transformó completamente Ibi. Los trabajos técnicamente más complejos (respecto a la agricultura) que se crearon con la industria del juguete eran mejor remunerados. Con una población obrera cada vez más numerosa nacieron los sindicatos y organizaciones, fundamentales en la concientización y en la fomentación de interés por la cultura y la educación en gran parte de la población. Todo esto contribuyó determinatemente con la alfabetización de la población, pues, las empresas, concientes de necesitar personal cada vez más calificado, obligaban a sus trabajadores a asistir a la escuela nocturna y estaban dispuestas muchas veces a costear la educación de los trabajadores que más quisieran superarse. Todo con la noble tarea de crear juguetes.
En la actualidad, nos han habituado a pensar que tal vez la única manera para que los pueblos que aún son prevalentemente agrícolas alcanzen el desarrollo es explotar sus tierras con la minería o con la extracción de conbustibles, creando además muchos conflictos sociales y medioambientales.
Es verdad que con los tiempos que corren tal vez yo sea demasiado idealista o ingenuo al esperar que una historia como la de Ibi pueda repetirse...

...pero tal vez lo que verdaderamente pasa es que hacen falta nuevas ideas.

Tiempo al tiempo.






Monumento a la tartana. Ibi, Alicante.



.
E... gia'. Le battute iniziali sono un omaggio (che si dice spudorato plagio) a faina incazzosa.

2 comentarios:

  1. Hola, la foto del citroen de Paya es mia y esta en mi blog, no como podeis coger alegremente las fotos que no son vuestras y publicarlas
    capitanmadelman.blogspot .com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, capitanmandelman. Disculpa si el coger una foto de tu blog y publicarla como parte de un post de éste te molestó de sobremanera; no lo hacemos con intención de apropiarnos de la autoría ni de dar a entender nada parecido. Como verás, ni yo (que soy autor de este blog) ni niguno de los que colaboran con este espacio sacamos provecho alguno con nada de lo que publicamos. Procederé a poner un crédito bajo la foto... pero si prefieres la eliminaré.

      Eliminar